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Jarros de Barro
Los jarros de barro son un producto que se ha usado durante generaciones, y son una excelente opción para tu negocio; ya sea tu restaurante, tu bar, tu hotel o para promocionar tu marca. Estos productos son duraderos, auténticos y se pueden utilizar para distintos tipos de bebidas.
Si alguna vez te preguntas ¿Cómo usar los jarros de barro para un negocio?
Los jarros de barro son versátiles y se usan para muchos propósitos, pueden ser empleados para vender bebidas, promocionar marcas, decorar, hacer regalos, y mucho más. Además, son una excelente opción para quienes quieren destacarse como una marca auténticamente mexicana.
Si estás buscando los mejores jarros de barro para tu negocio, Artículos de Barro es el lugar indicado para comprarlos. Ofrecemos una amplia selección de jarros de barro de muy alta calidad con el servicio más confiable.
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¡México, Creo En Ti!… Por Ricardo López Méndez
México, creo en ti, Como en el vértice de un juramento. Tú hueles a tragedia, tierra mía, Y sin embargo, ríes demasiado, A caso porque sabes que la risa Es la envoltura de un dolor callado.
México, creo en ti, Sin que te represente en una forma Porque te llevo dentro, sin que sepa Lo que tú eres en mí; pero presiento Que mucho te pareces a mi alma Que sé que existe pero no la veo.
México, creo en ti, En el vuelo sutil de tus canciones Que nacen porque sí, en la plegaria Que yo aprendí para llamarte Patria, Algo que es mío en mí como tu sombra Que se tiende con vida sobre el mapa.
México, creo en ti, En forma tal, que tienes de mi amada La promesa y el beso que son míos. Sin que sepa por qué se me entregaron; No sé si por ser bueno o por ser malo, O porque del perdón nazca el milagro.
México, creo en ti, Sin preocuparme el oro de tu entraña; Es bastante la vida de tu barro Que refresca lo claro de las aguas, En el jarro que llora por los poros, La opresión de la carne de tu raza.
México, creo en ti, Porque creyendo te me vuelves ansia Y castidad y celo y esperanza. Si yo conozco el cielo es por tu cielo, Si conozco el dolor es por tus lágrimas Que están en mí aprendiendo a ser lloradas.
México, creo en ti, En tus cosechas de milagrería Que sólo son deseo en las palabras. Te contagias de auroras que te cantas. ¡Y todo el bosque se te vuelve carne! ¡Y todo el hombre se te vuelve selva!
México, creo en ti, Porque escribes tu nombre con la X Que algo tiene de cruz y de calvario: Porque el águila brava de tu escudo Se divierte jugando a los volados: Con la vida y, a veces, con la muerte.
México, creo en ti, Como creo en los clavos que te sangran: En las espinas que hay en tu corona, Y en el mar que te aprieta la cintura Para que tomes en la forma humana Hechura de sirena en las espumas.
México, creo en ti, Porque si no creyera que eres mío El propio corazón me lo gritara, Y te arrebataría con mis brazos A todo intento de volverte ajeno, ¡Sintiendo que a mí mismo me salvaba!
México, creo en ti, Porque eres el alto de mi marcha Y el punto de partida de mi impulso ¡Mi credo, Patria, tiene que ser tuyo, Como la voz que salva Y como el ancla…!
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La furia de las pestes
De Samanta Schweblin
Gismondi se extrañó de que los chicos y los perros no corrieran hacia él para recibirlo. Intranquilo, miró hacia el llano donde, ya mínimo, se alejaba el coche que regresaría por él al otro día. Llevaba años visitando sitios de frontera, comunidades pobres que sumaba al registro poblacional y a las que retribuía con alimentos. Pero por primera vez, frente a ese pequeño pueblo que se hundía en el valle, Gismondi percibió una quietud absoluta. Vio las casas, pocas. Tres o cuatro figuras inmóviles y algunos perros echados sobre la tierra. Avanzó bajo el sol de mediodía. Cargaba en sus hombros dos grandes bolsos que, al resbalarse, le lastimaban los brazos y lo obligaban a detenerse. Un perro alzó la cabeza para verlo llegar, sin levantarse del piso. Las construcciones, una extraña mezcla de barro, ladrillo y chapa, se sucedían sin orden alguno, dejando hacia el centro una calle vacía. Parecía deshabitada, pero podía adivinar a los pobladores detrás de las ventanas y las puertas. No se movían, no lo espiaban, solo estaban ahí, y Gismondi vio, junto a una puerta, a un hombre sentado; apoyada en una columna, la espalda de un niño; la cola de un perro saliendo del interior de una casa. Mareado por el calor dejó caer los bolsos y se limpió con la mano el sudor de la frente. Contempló las construcciones. No había nadie con quien hablar así que eligió una casa sin puerta y pidió permiso antes de asomarse. Adentro, un hombre viejo miraba el cielo a través de un agujero del techo de chapa.
—Disculpe —dijo Gismondi.
Al otro lado de la habitación, dos mujeres estaban enfrentadas ante una mesa y, más atrás, sobre un catre viejo, dos chicos y un perro dormitaban apoyados unos en otros.
—Disculpe… —repitió.
El hombre no se movió. Cuando Gismondi se acostumbró a la oscuridad, descubrió que una de las mujeres, la más joven, lo miraba.
—Buenos días —dijo, recuperando el ánimo—, trabajo para el gobierno y… ¿con quién puedo hablar? —Gismondi se inclinó levemente hacia delante.
La mujer no contestó, su expresión era indiferente. Gismondi se sujetó a la pared que enmarcaba la puerta, se sentía mareado.
—Debe conocer a alguien… un referente. ¿Sabe con quién tengo que hablar?
—¿Hablar? —dijo la mujer con una voz seca, cansada.
Gismondi no contestó, temía descubrir que ella nunca había pronunciado una palabra y que el calor del mediodía lo afectaba. La mujer pareció perder el interés y dejó de mirarlo. Gismondi pensó que podía estimar la población y completar el registro a su criterio, ningún agente se tomaría la molestia de corroborar los datos de ese sitio; pero, de cualquier manera, el coche que pasaría por él no iba a regresar hasta el día siguiente. Se acercó a los chicos, al menos podría hacerlos hablar a ellos. El perro, que descansaba el morro sobre la pierna de uno de ellos, ni siquiera se movió. Gismondi saludó. Solo uno de los chicos, lento, le hizo un gesto mínimo con los labios, casi una sonrisa. Sus pies colgaban del catre descalzos pero limpios, como si nunca hubiesen tocado el suelo. Gismondi se agachó y rozó con su mano uno de los pies. No supo qué lo llevó a hacer eso, quizá solo necesitaba saber que el chico era capaz de moverse, que estaba vivo. El chico lo miró asustado. Gismondi se incorporó. También él, de pie en medio de la habitación, miró al chico con miedo. No era ese rostro lo que temía, ni el silencio, ni la quietud. Entonces vio el polvo, en las repisas y en las mesadas vacías. Se acercó al único recipiente que había a la vista, lo levantó y vació el contenido sobre la mesa. Permaneció absorto unos segundos. Después, acarició el polvo desparramado sin entender lo que estaba viendo. Revisó los cajones y los estantes. Abrió latas, cajas, botellas. No había nada. Nada para comer ni para beber. Solo algún utensilio inútil. Vestigios de jarros que alguna vez habrían contenido algo. Sin mirar a los chicos, como si hablara solo para él, preguntó si tenían hambre. Nadie contestó.
—¿Sed? —Un escalofrío le hizo temblar la voz.
Lo escuchaban, aunque no parecían entender. Gismondi abandonó la habitación, salió a la calle, corrió hasta los bolsos y cargó con ellos de regreso. Se detuvo frente a los chicos, agitado. Vació la carga sobre la mesa. Tomó una bolsa al azar, la abrió con los dientes y dejó caer un puñado de azúcar sobre su palma. Los chicos miraron cómo se agachaba junto a ellos y les ofrecía algo de su mano. Pero ninguno se movió de su sitio. Fue cuando Gismondi sintió una presencia, percibió, quizá por primera vez en el valle, la brisa de un movimiento. Se incorporó y miró hacia los lados. Algo de azúcar cayó al piso. La mujer estaba de pie y lo observaba desde el umbral de la puerta. No era la mirada que había mantenido hasta entonces, no miraba una escena ni un paisaje, lo miraba a él.
—¿Qué quiere? —dijo.
Era, como todas las otras, una voz somnolienta, pero estaba cargada de una autoridad que lo sorprendió. Uno de los chicos había abandonado la cama y ahora contemplaba la mano repleta de azúcar. La mujer miró los paquetes desparramados y se volvió con furia hacia él. El perro se incorporó y rodeó intranquilo la mesa. Por las puertas y por las ventanas comenzaban a asomarse hombres y mujeres, cabezas que se sumaban tras cabezas, un tumulto que crecía. Otros perros se acercaron. Gismondi miró el azúcar en su mano. Esta vez, al fin, todos concentraban su atención en él. Apenas vio al chico, su mano pequeña, los dedos húmedos acariciar el azúcar, los ojos fascinados, cierto movimiento de los labios que parecían recordar el sabor dulce. Cuando el chico se llevó los dedos a la boca, todos se paralizaron. Gismondi retrajo la mano. Vio en los que lo miraban una expresión que, al principio, no alcanzó a entender. Entonces sintió, profunda en el estómago, la herida tajante. Cayó de rodillas. Había dejado que se desparramara el azúcar, y el recuerdo del hambre crecía sobre el valle con la furia de las pestes.
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A MORTE DE MARIA MADALENA EM SUA GRUTA COMO PENITENTE.
30 de março de 1944
Vejo uma caverna na rocha onde há um leito de folhas empilhadas sobre uma moldura rústica de galhos entrelaçados e amarrados com juncos. Deve ser tão confortável quanto um suporte para tortura. A gruta possui ainda uma pedra grande que serve de mesa e outra menor que serve de cadeira. Contra o lado mais atrás há outro: Uma grande lasca de pedra saindo da rocha que - não sei se é naturalmente ou por um esforço humano paciente e penoso - foi polida e apresenta uma superfície bastante lisa. Sobre este, que parece um Altar Rústico, repousa uma Cruz composta por dois ramos encadernados em vime.
A habitante da gruta também plantou hera numa fenda terrena do solo e guiou os seus ramos para emoldurar A Cruz e rodeá-la, enquanto, em dois vasos rústicos, que pareciam ter sido modelados no barro por mão inábil, há flores silvestres colhidas ali perto e, bem ao pé da Cruz, numa concha gigante, há um pequeno ciclâmen silvestre com folhas pequenas e bem definidas e dois botões prestes a desabrochar.
Ao pé deste Altar há um feixe de ramos espinhosos e um Flagelo com cordas amarradas. Na gruta existe também um jarro rústico com água. Nada mais.
Através da estreita abertura baixa avistam-se montanhas ao fundo e, como surge uma luminosidade em movimento que se vislumbra ao longe, poder-se-ia supor que O Mar é visível deste ponto. Mas não posso confirmar isso.
Ramos pendentes de hera, madressilvas e roseiras silvestres - toda a pompa habitual dos locais montanhosos - pendem sobre a abertura e formam uma espécie de véu móvel que separa o interior do exterior.
Uma mulher magra, vestida com roupas Rústicas e escuras, coberta por uma pele de Cabra como Manta, entra na gruta, afastando os galhos pendurados. Ela parece exausta. É impossível determinar sua idade. Se alguém julgasse por seu rosto murcho, diria que ela está bem velha – mais de Sessenta Anos. Se alguém fosse pelos seus cachos esvoaçantes, ainda Lindos, Grossos e Dourados, não teria mais de quarenta anos.
Seu cabelo cai em duas tranças sobre os ombros curvados e esguios, e é a única coisa que brilha naquela desolação.
A mulher certamente devia ser bonita, pois sua testa ainda é alta e lisa, e seu nariz, bem formado, e oval, embora afinado pelo cansaço, regular. Mas seus olhos não brilham mais. Eles são profundamente afundados nas órbitas e marcados por dois bistres azulados. Dois olhos que revelam as muitas Lágrimas que derramaram.
Duas rugas, quase duas cicatrizes, foram gravadas no canto de cada olho ao longo do nariz e finalmente se dissolvem naquela outra ruga típica de quem sofreu muito, que desce das narinas como um acento circunflexo até os cantos da boca.
Suas têmporas parecem encovadas e as veias azuis estão delineadas na intensa palidez. Sua boca cai em uma curva cansada e é de um rosa muito pálido. Deve ter sido uma vez uma boca esplêndida; Agora está murcha. A curva dos lábios é como a de duas asas quebradas penduradas. Uma boca de dor.
A mulher se arrasta até a massa de pedra que serve de mesa e coloca mirtilos e morangos silvestres sobre ele.
Ela então vai até o Altar e se ajoelha. Mas ela está tão exausta e fraca que quase cai ao fazê-lo e precisa se segurar com uma das mãos na laje de pedra.
Ela Reza, olhando para A Cruz, e as lágrimas escorrem pelas rugas até a boca, que as absorve. Ela então deixa escorregar a pele de cabra, ficando apenas com a túnica áspera para cobri-la, e leva os Flagelos e os Espinhos.
Ela aperta firmemente os Galhos Espinhosos em volta da Cabeça e da Cintura e se Flagela com as cordas. Mas ela está fraca demais para fazer isso. Ela larga o flagelo e, apoiando-se no altar com as duas mãos e a testa, diz: “Não aguento mais, Rabino! Não posso sofrer mais, em memória da sua dor!”
A Voz me faz reconhecê-la. É Maria Madalena. Estar em sua gruta como penitente.
Maria Madalena está chorando. Ela chama JESUS COM AMOR. Ela não pode mais sofrer. Mas ela ainda pode Amar. A sua carne, Mortificada pela Penitência, já não suporta o esforço de se Flagelar, mas o seu Coração ainda bate apaixonadamente e consome-se na sua força final pelo Amor. E ela Ama, permanecendo com a testa coroada de Espinhos e a Cintura presa por Espinhos; Ela Ama falando com o seu Mestre numa contínua profissão de Amor e num renovado Ato de Contrição.
Ela escorregou, com a testa tocando o chão. A mesma postura que ela teve no Calvário diante de JESUS, quando ELE foi colocado no colo de Maria, a mesma que ela teve na casa de Jerusalém quando Verônica lhe explicou Véu, o mesmo que ela tinha no jardim de José de Arimatéia, quando JESUS a chamou e ela O reconheceu e O adorou. Mas agora ela está chorando porque JESUS não está lá.
“A vida está fugindo de mim, Meu Mestre. E terei que morrer sem te Ver novamente"?
Quando poderei me deliciar com seu rosto?
Meus pecados estão diante de mim e me acusam.
Você me perdoou e acredito que o inferno não me possuirá. Mas até quando ficarei detida em expiação antes de viver contigo! Oh, bom Mestre! Pelo Amor que me deste, conforte Minha Alma! Chegou a hora da morte. Pelo bem da sua morte desolada na Cruz, console a sua criatura! Você me gerou. VOCÊ. Não minha mãe. Você me levantou, mais do que levantou Lázaro, meu irmão. Pois ele já era bom, e a morte só poderia significar para esperar no seu Limbo. Eu estava morta em minha Alma e morrer significava a morte eterna. JESUS, em Tuas Mãos confio Meu Espírito! É seu porque você O Redimiu. Como expiação final, concordo em experimentar a dureza da sua morte no abandono.
Mas dá-me um sinal de que A Minha vida serviu para Expiar o meu pecado».
"Maria!" JESUS APARECEU. ELE parece Descer da Cruz Rústica. Mas JESUS não está ferido e morrendo. ELE está tão bonito como na Manhã da Ressurreição. ELE desce do altar e vai em direção à mulher prostrada. JESUS se inclina sobre ela. ELE A Chama novamente e, como ela parece acreditar que A Voz está soando para seus Sentidos Espirituais e permanece com o rosto voltado para o chão, ela não vê A Luz que CRISTO Está Emitindo. JESUS a toca, apoiando A Mão em sua cabeça e pegando-a pelo cotovelo, como em Betânia, para levantá-la novamente.
Quando ela se sente tocada e reconhece aquela Mão pelo comprimento, ela Grita alto. E ela ergue o rosto transfigurado de alegria. E ela o abaixa para beijar os Pés de seu Senhor.
“Levante-se, Maria. SOU EU. A vida está fugindo. É verdade. Mas vim dizer-vos que CRISTO vos espera. Não há mais nada a esperar por Maria. Tudo está Perdoado a ela. Desde O Primeiro momento foi perdoado. Mas agora está mais do que perdoado. SEU LUGAR JÁ ESTÁ PREPARADO NO MEU REINO. EU Vim, Maria, para te dizer isso. Não Ordenei ao Anjo que fizesse isso porque retribuo Cem Vezes mais pelo que recebo e ME Lembro do que recebi de você. Maria, vamos juntos Reviver um momento do passado.
Lembre-se de Betânia. Foi na noite depois do sábado. Faltavam Seis dias PARA MINHA MORTE. Você se lembra da sua casa?
Tudo era lindo na área florida de seu pomar.
A água cantava na piscina e as primeiras rosas perfumadas em torno de suas paredes. Lázaro ME Convidou para sua ceia, e você despojou O jardim das mais lindas flores para enfeitar A mesa onde seu Mestre levaria Seu Sustento.
Marta não se atreveu a repreendê-lo porque se lembrava das MINHAS PALAVRAS e olhava para você com terna inveja, pois você brilhava de Amor enquanto ia e vinha para os preparativos.
E então EU Cheguei. Você correu mais rápido que uma gazela, precedendo os criados, para abrir O portão com seu Grito habitual. Sempre soou como O grito de um prisioneiro libertado. EU Fui, na Verdade, a sua Libertação, e você foi uma prisioneira libertada.
Os apóstolos estavam Comigo. Todos eles. Mesmo aquele que era então como um membro gangrenoso do Corpo Apostólico. Mas você estava lá para ocupar o lugar dele. E você não sabia que ao observar sua cabeça inclinando-se para beijar Meus Pés e seus olhos sinceros e cheios de Amor, esqueci Meu desgosto por ter o Traidor ao Meu Lado. EU queria você no Calvário por esse motivo. Você estava no jardim de José por esse motivo. Porque ver você, era ter certeza de que MINHA MORTE não foi sem propósito.
E Mostrar-Me a você foi um Ato de Gratidão pelo seu Amor Fiel. Maria, Bem-Aventurada és tu, que nunca ME Traíste e confirmaste na MINHA Esperança de Redentor: tu, em quem vi todos os que foram salvos pela MINHA MORTE! Enquanto todos comiam, você adorava. Você ME Deu água perfumada para Meus Pés cansados e beijos castos e ardentes para MINHAS Mãos e, ainda não contente, quis quebrar seu último vaso precioso de perfume e untar Minha cabeça, refrescando MEUS Cabelos como uma mãe faz, e unge Minhas Mãos e pés para que todos os membros do seu Mestre sejam perfumados como membros do Rei Consagrado….
E Judas, que te odiava porque agora você era honesta e rejeitava os apetites dos homens com sua Honestidade, repreendeu-o….
Mas EU Te defendi porque você fez tudo por Amor, um Amor tão grande que a lembrança dele ME Acompanhou na Agonia desde a noite de quinta-feira até a hora nona….
Agora, por esse ato de Amor que você ME Deu no limiar da Minha Morte, venho, no limiar da sua morte, retribuir-lhe com Amor.
Seu Mestre Ama você, Maria. Ele está aqui para dizer isso a você. Não tenha medo ou ansiedade com outra morte. Sua morte não é diferente daquela daqueles que derramaram seu Sangue por Minha causa.
O que O Mártir dá? Sua vida por Amor ao seu DEUS. O que o penitente dar?
Sua vida por amor ao seu Deus. O que O Amante dá? Sua vida por Amor ao seu DEUS. Veja que não há diferença. O Martírio, a Penitência e o Amor consumam o mesmo Sacrifício e com o mesmo propósito. Em você, então, Penitente e amante, há Martírio, como naqueles que perecem nas arenas. Maria, EU Te precederei na Glória. Beije MINHA Mão e deite-se em Paz. Descanse. É hora de você Descansar. Dê-me seus espinhos. Agora é a hora das rosas. Descanse e espere. "EU Te Abençoo, abençoado.”
JESUS obrigou Maria a deitar-se no seu sofá. E A Santa, com o rosto lavado de lágrimas de êxtase, deitou-se como seu DEUS quis e agora parece dormir, com os braços cruzados sobre o peito e as lágrimas continuando a cair, mas com um Sorriso na boca .
Ela se levanta novamente para a posição sentada quando um brilho muito brilhante aparece na Gruta por causa da chegada de um Anjo Carregando um Cálice que ele coloca sobre o Altar e Adora. Maria, ajoelhada ao lado de sua cama, também Adora. Ela não consegue mais se mover. Sua força está falhando. Mas ela é abençoada. O Anjo pega O Cálice e lhe Dá A Comunhão. Ele então volta para O Céu.
Maria, como uma flor queimada por muito sol, curva-se – curva-se com os braços ainda cruzados sobre o peito e cai, com o rosto entre as folhas do seu berço. ELA ESTÁ MORTA. O êxtase Eucarístico cortou o último fio da vida.
O NOSSO AMADO SENHOR JESUS DIZ:
“Embora as criaturas possam ser consumadas na generosidade do Amor e na retribuição a quem as amou, elas são sempre muito relativas. Mas o vosso JESUS supera toda a imensidão humana no desejo e todos os limites da satisfação. Pois o vosso JESUS É DEUS, e para vós O Generoso e Amoroso - visto que esta é uma página que dirijo especialmente a vós, as almas que não se contentam em obedecer ao preceito, mas abraçam o conselho e levam o vosso Amor por MIM ao Santo atos de heroísmo - Dou com Minha abundância como DEUS e como um DEUS Bom.
“EU Crio O Milagre para você, para retribuir com alegria toda a alegria que você ME Dá. EU tomo o lugar do que falta ou produzo o que você precisa. Mas não deixo faltar nada a vocês que se despojaram de tudo por Amor A Mim, a ponto de viverem numa Solidão material ou Moral no meio do mundo, que não os compreende e que zomba de você e que, repetindo o insulto de outrora dirigido a Mim, teu Mestre, Grita-te: “Loucos!”, e toma as tuas Penitências e as tuas Luzes como sinais diabólicos. Pois o mundo escravizado por Satanás acredita que Satanás são os Santos que colocaram o mundo sob seus pés e o transformaram em um banco para subirem mais alto em direção A Mim e mergulharem em Minha Luz.
“Mas vá em frente e deixe que eles os chamem de "Loucos e demônios". EU Sei que vocês são possuidores da Verdadeira Sabedoria, da Inteligência correta e que têm A Alma de um Anjo em um corpo mortal.
Lembro-Me, e nem um único suspiro de Amor é esquecido, do que você fez por MIM; e, assim como EU Te defendo do mundo - pois trago os melhores do mundo para saber o que você é aos Meus olhos - então EU Te compenso quando chegar a hora, e considero que é hora de infundir um pouco de doçura em seu cálice.
“Só EU O Bebi até a última gota sem adoçá-lo com mel, EU que tive que ME apegar ao pensamento daqueles que ME Amariam no futuro, para poder resistir até O Fim, sem Vir amaldiçoar o homem, por quem derramava O Meu Sangue, e experimentar – mais do que experimentar, abandonar-Me – ao desespero da Minha condição de alguém abandonado por DEUS.
“Mas não Quero que você sofra o que EU Sofri. Minha experiência foi cruel demais para ser imposta a você. E isso significaria tentá-lo além de suas forças. DEUS nunca é imprudente. Ele quer Salvar, não destruir, você. E impor-lhes certas horas excessivamente Cruéis significaria destruir suas almas, que se curvariam como um galho carregado de muito peso e no final permaneceriam quebradas e experimentariam o lamaçal, depois de terem experimentado tanto O Céu.
“EU Nunca Decepciono aqueles que esperam em Mim. Diga isso repetidamente a todos.”
JESUS CADERNO [02] MARIA VALTORTA.
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— Milorde sabe que o amei como nenhum outro! Você disse que me amava… PORQUE VOCÊ NÃO NOS AMA SENHOR!!!— seu corpo perdia a força conforme seus sentimentos jorravam por sua boca e olhos, talvez o rei sentisse algum remorço, mas não o mostraria diante da corte
- Ponha-se em seu lugar, Meretriz!— sua pele era escondida pela seda e seu rosto pelo marfim bem esculpido de sua máscara.
— … eu não pretendia…— acorrentada e trêmula, mas mesmo assim sua língua cortava mais que a espada mais afiada do reino
— SILÊNCIO!!! — a voz ecoou por todo salão.
— A voz dela me cansa papai…— a jovem não escondia sua repulsa pela donzela que, mesmo sendo anos mais nova, teria a chance de um dia a chamar de madrasta.
O rei em silêncio se recusava olhar a acorrentada nos olhos, quando suas mãos não cobriam sua visão, seu olhar o guiava para um jarro de barro que ficava no canto direito da sala do trono.
— Não tenho medo de vos, milorde. — a prisioneira em prantos se desesperava, não entendia a indiferença que seu amado fazia questão de demonstrar. Não era o mesmo que conhecera e não iria se calar diante de tal blasfêmia ao seus sentimentos.
O desespero da garota era tão palpável, ecoava pelo salão e estremecia a alma mais amarga daquele lugar. Eles não sabiam o que era essa intensidade de sentimentos, ele os tinha em uma quantidade que não cabia em seu corpo, tais sentimentos rachavam sua pele e consumiam sua sanidade. Suas lágrimas podiam encher sua mãos de tal forma que poderia as beber para chora-las novamente.
…
O som de seus sentimentos barulhentos sessaram com o cair de uma pena.
Uma agulha atravessara seu pescoço, talvez acertando suas cordas vocais.
O vermelho aos poucos se espalhava pelos tecidos velhos que a forçaram usar. As lágrimas não pararam mas o silêncio então solicitado foi finalmente atendido.
— Eu pedi seu silêncio, Meretriz. Espero que agora respeite o meu pedido.— a voz mascarada estava com uma de suas mãos esticadas, a agulha viera de sua coleção, uma agulha de prata usada para bordar fios de ouro.
— Da próxima vez, entenda o seu lugar de rata e aprenda a roer o que cabe na sua boca, meretriz. Terá sorte se alguém nessa corte a deixar viver…
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Lección de cosas 1. Animación Sobre el estante, entre un músico Tang y un jarro de Oaxaca, incandescente y vivaz, con chispeantes ojos de papel de plata, nos mira ir y venir la pequeña calavera de azúcar. 2. Máscara de Tláloc grabada en cuarzo transparente Aguas petrificadas, El viejo Tláloc duerme, dentro, soñando temporales. 3. Lo mismo Tocado por la luz el cuarzo ya es cascada. Sobre sus aguas flota, niño, el dios. 4. Dios que surge de una orquídea de barro Entre los pétalos de arcilla nace, sonriente, la flor humana. 5. Diosa Azteca Los cuatro puntos cardinales regresan a tu ombligo. En tu vientre golpea el día armado. 6. Calendario Contra el agua, días de fuego. Contra el fuego, días de agua. 7. Xochipilli En el árbol del día cuelgan frutos de jade, fuego y sangre en la noche. 8. Cruz con sol y luna pintados Entre los brazos de esta cruz Anidaron dos pájaros: Adán, sol y Eva luna. 9. Niño y trompo Cada vez que lo lanza cae justo, en el centro del mundo. 10. Objetos Viven a nuestro lado, los ignoramos, nos ignoran. Alguna vez conversan con nosotros.
Octavio Paz, Libertad bajo palabra
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SEQÜÊNCIA 11 - A ILHA DO PESCADOR
Atordoado, e com a cabeça latejante, abandonou o que restou da catraia, cravada na areia, e foi até o refúgio na esperança de encontrar abrigo. Toda roupa vingara centrifugada na viagem misteriosa, contrastando com o cabelo ainda pouco molhado, e com o suor a lamber-lhe a testa, rubras as faces, como se estivesse a sofrer em intenso estado febril.
Vasculhou, pé ante pé, os vãos da janela em busca de vida. Parecia abandonada. Dentro, apenas os riscos da luz perdidos na escuridão. Não contava que alguém morasse ali. Arriscou entrar. A portinhola quase de sua altura – por pouco não teve que se abaixar – rangeu ao ser empurrada. Um bafo rouco e quente a acompanhou. Há muito que naquele interior não arejava uma brisa. O mofo, a areia e a poeira isso bem mostrou, em cima dos poucos móveis em que agora se refletiam na invadida luminosidade. Apressou-se em abrir a única janela, lateral à cama sobre a qual depositou a mochila. Não respirava direito. O ar penetrou para dentro do cômodo aprisionado, e fez varrer as partículas de pó e sílica cintilantes sob uma fresta de sol dormentemente aquecida.
Apesar de não, parecia que tinha apagado por dias a fio. Estava estranhamente descansado, exceto pela dor de cabeça, e passageiro atordoamento. Pouco a pouco, voltaram-lhe as cores. Procurou logo livrar-se do incômodo da sujeira do lugar. Tomou o colchão encardido e embolorado, costurado com linha de juta, e feito de fibra de algodão com enchimento de folha de palha seca, e o expôs ao sol rente à janela, do lado de fora. Ainda restava uma parte do dia para minimizar seus odores. Sentindo uma onda de calor, tirou o pulôver, ficando só com a camiseta branca e a bermuda azul. No canto atrás da porta, encontrou uma velha vassoura de fibra vegetal de palmeira, com que tratou de fazer a varreção do piso. Não sem escapar-lhe um espirro. Foi nessa arrumação, que deteve-se mais a um detalhe ou outro: a mesa de madeira, à esquerda da cama, tinha uma gaveta, e estava relativamente em boas condições. Contava com um pote de água, vazio, e caneca de barro, além de uma bacia com jarro de cerâmica para lavar as mãos e o rosto. Uma toalha felpuda em estado lamentável ficava embaixo dela. Usou a mesma para fazer a limpeza do móvel com a cadeira, e da louça. Uma arandela de madeira acima, mais ao lado, sustinha um candeeiro de cerâmica. E, fazendo as vezes de artefato de cozinha, o forno a lenha, feito de barro cozido, redondo no chão, ficava no puxadinho externo à casa. Abriu a gaveta, e dentro viu um pedaço pequeno de fumo de corda, e alguma palha. Também um canivete, e uma bolseta de couro de cor pálida, amarelo-acastanhada. Limpou tudo. À direita, no vão da parede, um cabideiro nu de tronco de árvore queimada, marchetado, servia de suporte a um arpão de ponta de lança manual, e uma vara de pesca de bambu com linha de fibra de côco. Embaixo, no canto, um caixote 1m x 1m, de certo, servia para as pescarias, como reservatório de iscas. .Assim como, em cima dele, um embornal para alguma provisão, carregando dentro um cantil. E encostado contra a parede ao lado, no chão, estava o baú, encupinzado, a que André direcionou um olhar curioso. Ao que se agachou, e abriu-o. Não era grande, mas cabia o suficiente como uma manta, uma toalha limpa, um casaco de frio, de lã grossa, um jogo de roupas - calça e blusa de linho branco - uma desgastada alpercata de couro, um pente de madeira, um cinturão com um facão, e algo que chamou a atenção de André mais que tudo, e imediatamente: um pequeno diário, caindo aos pedaços, protegido por um pano branco encardido, e guardado dentro de uma caixinha de madeira. Porém, esse cuidado não bastou para que o mesmo não sofresse do ataque do tempo e das pragas. E, para sua surpresa, também se conservara uma preciosidade que ele logo reconheceu como sendo uma antiga câmera fotográfica, das primeiras de rolo. Por fim, quase emudeceu quando ao abrir um estojo de veludo escarlate, encontrou uma caneta-tinteiro, das que se injetava tinta no recipiente por meio de uma seringa. Não Podia imaginar como um artefato de época como aquele tinha ido parar naquele lugar. Tanto quanto a máquina. Pareciam intocáveis durante todos esses anos.
Obedecendo a seu grau de curiosidade, foi se haver primeiro com o diário. Manuseou cuidadosamente o objeto, tirando-o da capa. Essa já dismilingüida quase se desfazia nas mãos. As páginas eram amareladas, e ora manchadas de tinta com borrões, ou como se tivessem sido molhadas. Havia essas manchas que dificultavam ou mesmo impediam a leitura de certas palavras, ou mesmo de frases inteiras. Soltas, em vários pontos, estavam rasgadas nas bordas ou, como as demais, carcomidas por traças, esburacadas. Folheando a esmo, encontrou em meio a uma delas uma fotografia. Antiga, em preto-e-branco: mostrava a figura de uma mulher, de corpo inteiro. Em parte, principalmente, no rosto, desfigurada pela ação de fungos e oxidação. Uma data, registrada com caneta tinteiro, mostrava-se visível no verso, 15/03/1900. Essa inscrição, mais a foto, eram juntas, a primeira referência limiar que podia provavelmente atrelar todos aqueles objetos guardados a uma pessoa que estivesse de alguma forma ligada àquele lugar, fosse àquela casa ou à ilha. Uma pessoa que ele bem agora tinha a quase certeza de que só poderia ser mesmo a figura do seu Pescador. Curimã lhe falara sobre a cabana do Pescador e mencionara estar perto da armação, mas esta não estava à vista na chegada. Inspirado pelo forte interesse e instigante mistério, puxou da cadeira, e sentou-se à mesa para ler as primeiras linhas. Incursionou num curto relato de viagem, e a cada vez ficava mais plausível tratar-se mesmo do lendário personagem. Não avançou muito, mas leu que ele vinha ao longo de três anos fazendo o registro detalhado de uma fauna marinha desconhecida àquele tempo, fruto de suas pescarias pela costa atlântica, nos arredores de sua vila de pescadores, ao longo do ano, fora da temporada de caça às baleias. Ganhou, pra isso, de presente, de um relacionamento extra-conjugal, a caneta tinteiro em voga na Europa. Não a usou por um bom tempo, guardando-a como relíquia. Se valia, antes, de lápis de grafite para a escrita. A esse tempo, fazia uso de papéis avulsos condensados em uma amarração, que ele mesmo costurava, com barbante, como encadernação. Contava já de uma meia dúzia deles. As anotações eram feitas sobre uma prancheta. O diário obtivera-o de um comerciante de armazém de mantimentos nos arredores da estiva, nos contornos do cais da cidade baixa. Pretendia enchê-lo de memórias. Assim, aquela fotografia funcionava como um marca-páginas, e um registro, em que a existência daquela mulher se revelava ostensiva. André observou-a longamente decifrando em seus traços, sob a comprometida película, segredos escondidos entre os pequenos pontos descorados, e tingidos de um ocre amarelado e esmaecido - como o avanço de uma ferrugem. Os tons de cinza e preto indicavam cabelos escuros, na altura dos ombros. E um vestido claro a emoldurava. No centro, a imagem mormente preservada, mostrava meio de perfil a barriga protuberante de uma grávida. As mãos aconchegando-a como se embalasse ao bebê. Restava-lhe, no entanto, a identidade oculta nos sobejos do tempo.
De volta à página, André encontrou isso:
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Avance del proyecto transversal
¿Qué es una artesanía?
Como artesanía denominamos el arte y técnica de elaborar objetos o productos a mano, con poca o ninguna intervención de maquinarias, y conforme a métodos tradicionales.
De Enciclopedia Significados, E. (2017, 19 junio). Significado de Artesanía (Qué es, Concepto y Definición). Enciclopedia Significados. https://www.significados.com/artesania/
Características de una artesanía
La naturaleza especial de los productos artesanales se basa en sus características distintivas, que pueden ser utilitarias, estéticas, artísticas, creativas, vinculadas a la cultura, decorativas, funcionales, tradicionales, simbólicas y significativas religiosa y socialmente”.
Definición de artesanía. Origen, características y tipos de artesanías. (s. f.). https://definicion.com/artesania/
5 artesanías de Jalisco
Cerámica y alfarería
Vidrio soplado
Piteado
Cantería y tallado de madera
Equípales
Diaz, I. (2022, 4 febrero). ¿Sabes cuáles son las principales artesanías de Jalisco? El Ciudadano Jalisco. https://elciudadanojalisco.mx/sabes-cuales-son-las-principales-artesanias-de-jalisco/
Cerámica y alfarería
La cerámica y alfarería es originaria de Tlaquepaque , se utiliza barro bruñido, barro canelo, petatillo, caolín o de alta temperatura . Para realizar esta artesanía se deben de seguir cuatro pasos: El torno , proceso de horneado , proceso de esmaltado y decorado y por último proceso de cocción. La cerámica es con las que se realizan ollas, cazuelas, jarros, macetas y vajillas.
Diaz, I. (2022b, febrero 4). ¿Sabes cuáles son las principales artesanías de Jalisco? El Ciudadano Jalisco. https://elciudadanojalisco.mx/sabes-cuales-son-las-principales-artesanias-de-jalisco/
Vidrio soplado
El vidrio soplado es originario de Tonalá , su proceso de elaboración es la siguiente: Consiste en calentar el vidrio hasta casi el punto de fusión y después enfriarlo rápidamente. Esta técnica se utiliza para redistribuir la tensión presente en el vidrio y así hacerlo más resistente. El vidrio soplado se utiliza para crear diseños y piezas únicas de vajillas, jarrones, floreros, lámparas y figuras de ornato.
La técnica del Vidrio Soplado. (2021, 13 mayo). Carloimportaciones. https://carloimportaciones.com/blogs/noticias/la-tecnica-del-vidrio-soplado#:~:text=Consiste%20en%20calentar%20el%20vidrio,vaso%20de%20un%20restaurante%2C%20etc.
Piteado
El piteado es originario de Colotlán , y su proceso de elaboración es el siguiente : La pita es una fibra que se extrae del cactus mediante una técnica autóctona en la que se raspan las hojas en un tronco de madera con una cuchilla hecha del tallo de una palma.
Posteriormente, las fibras se lavan con jabón y jugo de limón, se cepillan para eliminar las impurezas y se dejan secar al sol.
Una vez que las fibras están blancas y limpias, se peinan y se clasifican de acuerdo al tamaño para fabricar las fibras en hilo retorciendo secciones de fibra alrededor de las rodillas de los artesanos.
Estos hilos son bordados a mano en trozos de cuero con diseños prehispánicos para crear artículos como cinturones, botas, carteras y otros.
Diaz, I. (2022c, febrero 4). ¿Sabes cuáles son las principales artesanías de Jalisco? El Ciudadano Jalisco. https://elciudadanojalisco.mx/sabes-cuales-son-las-principales-artesanias-de-jalisco/
Cantería
La cantería es originaria de Mazamitla y es utilizada principalmente, para construcciones u ornamentos como macetas, estatuas religiosas y fuentes de agua y se realiza de la siguiente manera extracción del material, realizado por el cabuquero, siguiendo la veta, o hebra, con cuñas, marrón, barra y pico de recalar; troceado del bloque de piedra, realizado por el entallador, empleando cuñas, pico, mandarria y escuadra; regular las formas idóneas, realizado por el cantero, encargándose también de diseñar el boceto a tamaño natural o a escala; acabado final, realizado por el tallista o labrante, incluyendo a veces detalles decorativos.
CANTERIA DE LA PIEDRA. (2017, 20 enero). Sogestone Soluciones En Piedra. https://sogestone.com/tecnicas-piedra/canteria-de-la-piedra/
Equípales
Los equípales son originarios de Zacoalco de Torres son sillas o asientos realizados con madera y cuero utilizados como decoración rústica o simplemente como un un asiento su proceso y materiales son con una estructura fabricada con madera de palo dulce, la parte inferior está estructurada y a su vez cubierta por estacas fabricadas con madera de posa panal, que se caracteriza por tener betas y colores muy marcados. Tradicionalmente los componentes se unían amarrándose y tejiéndose con ixtle, que es la fibra extraída del maguey. Su respaldo es un cuerpo curvo que se une con los brazos, es posible debido a estas características clasificar este mueble como una poltrona. El soporte interno del asiento y respaldo se construía con fibras trenzadas que se amarraban a la estructura. Finalmente, la silla se suele cubrir con piel de cerdo.
Mestizaje en forma de asiento. (s. f.). Grupo Arca. https://gpoarca.com/blogs/container-mag/mestizaje-en-forma-de-asiento
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Hoje é domingo O pé é de cachimbo E o cachimbo? É de barro uai Então bate no jarro Que é de ouro Eu hein... E daí? Tem que bater no touro Ele é valente Sei disso não, viu É sim! Machuca a gente E a gente é fraco Cai no buraco Meu Deus... É muito fundo Acabou o mundo
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Disfruta de deliciosos platillos tradicionales que se pueden preparar en artículos de barro
Una de las maneras más deliciosas de degustar un buen platillo tradicional de la gastronomía mexicana es emplatar los alimentos en artículos de barro.
Servir los alimentos en diferentes artículos de barro tales como las tazas, platos, salseros, botaneros, platos, vasos o jarras, es una manera ideal para brindarle a tu platillo ese toque de tradición 100% mexicano, además de brindar un gran sabor que solo es característico del barro.
Recuerda que puedes adquirir una vajilla completa de estos artículos de barro por mayoreo para que de esta forma, cada plato que prepares luzca con ese gran toque de sabor y tradición.
Complementa tu decoración con artículos de barro tradicionales
Una de las grandes características de tradición en los diferentes Pueblos Mágicos de México es su hermosa decoración colorida y tradicional con los diferentes tipos de artículos de barro.
Ya sean cazuelitas, platones, jarras, jarros, comales, cazuelas, botaneros, paelleras, cantaritos, tazas, servilleteros, platos, molcajetes, botellones, vasos, salseras o paelleras, los artículos de barro por mayoreo son un gran ejemplo de que la decoración tradicional mexicana es hermosa.
Estos son artículos de barro por mayoreo de la gran artesanía antigua de los pueblos prehispánicos que están llenos de vida y color, pueden otorgar a cada espacio un toque de tradición y cultura mexicana a tu decoración.
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19.03.2023 🌞 HOJE É DOMINGO, PEDE CACHIMBO O CACHIMBO É DE BARRO, BATE NO JARRO O JARRO É DE OURO, BATE NO TOURO TOURO É VALENTE, BATE NA GENTE A GENTE É FRACO, CAI NO BURACO, O BURACO É FUNDO, ACABOU-SE O MUNDO. (em Jardim das Flores) https://www.instagram.com/p/Cp-L852uL3Q/?igshid=NGJjMDIxMWI=
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Jarro de barro
Tinta acrilica e guache sobre tela
70cmx80cm
2022
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A Joia do Paço
A parte mais importante de uma cidade mercante provavelmente é onde os mercadores passando se hospedam para passar a noite, já que sem hospedagem a maioria nem iria pensar em parar na cidade, quem dirá abrir loja.
A Cidade da Baía tem várias estalagens, embora só uma funcione o ano inteiro, a Joia do Paço. As outras abrem apenas nos meses quentes, quando turistas vêm de outras partes da ilha para nadar nas praias ao sudeste da cidade, antes do pântano.
A Joia, como é chamada pelos moradores, fica bem no centro da cidade, de frente com o paço municipal de onde ela tirou o nome. Como também é nessa praça onde acontece a feira local às quartas-feiras, o local é muito frequentado por pessoas que vem apenas pela feira, o que também traz histórias de toda a região, assim como suas demandas.
No salão há um quadro onde pessoas que moram longe da cidade postam seus pedidos de ajuda. A maioria são coisas como “Procura-se marceneiro”, mas não é incomum problemas com os goblinoides que descem da montanha serem postados também, além de problemas com aparições insistentes, lobos entrando em galinheiros e vez ou outra um aviso de bandidos.
Embora não sejam serviços glamourosos, todos têm pagamentos interessantes e alguns até oferecem coisas raras como recompensa, muitas vezes sem entender a importância, poder ou valor histórico do que é oferecido, alguns exemplos incluem:
Um jarro de barro com gravuras muito bonitas. Não abre;
Uma coleção de moedas dos antigos. Amaldiçoado, mas de ouro puro;
Um livro que não estragou após anos esquecido. Ninguém consegue ler;
Um bastão com um rubi na ponta. Solta fogo, mas ninguém consegue controlar;
Um cubo de metal com gravuras. Não sei pra que serve;
Uma estátua de madeira de uma divindade. Não sei qual divindade;
Com as duas localidades mais importantes para um aventureiro cobertas, amanhã iremos para algum lugar próximo da vila para vermos nossa primeira masmorra, antes de sairmos entrando e resolvendo os mistérios de uma cripta esquecida, vou falar um pouco sobre como a localidade se conecta ao mundo, como os jogadores podem ouvir falar de sua existência e o que podem descobrir sobre o lugar antes mesmo de ir lá.
Até lá!
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Capítulo 80
— Onde ponho isso? – pergunta Wayne, retornando à tenda de Noite da Raposa com o balde cheio de água.
— Coloque perto daqueles potes. – aponta a senhoras, após uma baforada de cheiro forte e fumaça escura no braço de Augustus.
Ela pergunta: — Você sabe o que é uma Glória-da-manhã?
A expressão do xerife demonstra que nada de bom sairá da boca daquele homem, então, a senhora decide continuar: — Claro que não. Por favor, fique aqui cuidando de seu amigo enquanto apanho as flores que preciso.
— Meu neto já deve estar voltando com o capim que pedi.
Noite está saindo quando Wayne deixa o balde no local indicado e pergunta: — Tem algo aqui para matar a sede de um homem?
A mulher aponta para o canto onde está o balde: — Pode beber o quanto quiser.
Ela sai e o xerife se aproxima do balde, mas seus olhos estão nos potes e jarros nas prateleiras.
Ele pega o que parece ser uma garrafa de barro, cheira e pensa: “ela disse para beber o que eu quiser”.
Vagarosamente, Wayne vai entornando a garrafa até um pouco do conteúdo cair em sua boca.
O efeito é como se tivessem arrancado a espinha dorsal de sua língua. “Hum!”, avalia ele, “não deve ser mais perigoso que o whiskey do Ramirez”.
O xerife já está quase no final da garrafa quando Cobra Traiçoeira entra na tenda e berra assustado: — O que você está fazendo?
Wayne: — Matando a sede?
Cobra: — O que foi que você bebeu?
Wayne: — Calma, a velha disse que eu podia beber o que quisesse. Eu peguei esse whiskey índio aqui.
Noite da Raposa entra na tenda, vê os olhos arregalados do neto e a garrafa na mão do xerife.
— Você apontou os potes e disse pra eu beber o que quisesse. – defende-se Wayne.
Noite: — Eu apontei o balde e disse para beber o quanto quisesse. Da água. Que eu nem iria usar.
O xerife começa a sentir um calor em suas orelhas que impede ouvir direito o que estão falando, mas ele pode jurar que está vendo os sons saindo da boca da velha.
Cobra, voltado para a avó: — O que ele bebeu? Como ele vai ficar?
Noite aponta para Wayne: — Se continuar assim, provavelmente pelado!
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pfv pfv pfv, uma q l é um dilf que gosta de mexer no seu tempo livre com argila e barro fazendo jarros e vasos de cerâmica na roda (ele é um oleiro). h é sua filha que tem um kink com as mãos veiudas do seu pai pegando e modelando o barro imaginando como ele faria com o seu corpo, como ele faria tão bem e em uma dessas ela pede pro seu papai para tentar fazer arte e ele todo inocente e atencioso pra sua única filha pede pra ela sentar entre as suas pernas e ela o faz, sentando no colo do papai deixando o papai guiar suas mãos no barro molhado
PORRA PORRA EU AMEI VOU FAZER COM CERTEZA 🥺🥺🥺
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Confiança é um jarro de barro. Pode ser pintado por verdades ou arremessado por mentiras...
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